miércoles, 9 de enero de 2013

El debate sobre la difamación de las religiones



Creo que uno de los debates más interesantes (y con consecuencias potencialmente más graves) en torno a la libertad religiosa es el referido a las leyes sobre difamación de las religiones. Este es un título genérico que engloba en realidad tres grupos distintos de normas: las relacionadas a la difamación de la religión propiamente dicha, las que prohíben la blasfemia y las leyes anti-conversión. Todas ellas tienen un común denominador: se encuentran estrechamente relacionadas con las expresiones, con las opiniones, con el discurso referente a la religión.

El problema principal con este tipo de normas es que han demostrado ser una excelente herramienta para limitar la libertad de expresión, acallando voces disidentes y reprimiendo a minorías religiosas. Casos como los de Rimsha Masih o Asia Bibi demuestran que este no es un problema especulativo, sino que tiene tremendas consecuencias en la vida de las personas.

El debate global se está dando en dos ámbitos. Por un lado, en la esfera de Naciones Unidas se viene discutiendo desde hace varios años en torno a la elaboración de un documento de derecho internacional que prohíba la difamación de las religiones. Esta idea es promovida principalmente por los países musulmanes, con fuerte oposición de Estados Unidos. Por otra parte, en numerosos países existen legislaciones internas que castigan la difamación de las religiones, la blasfemia y la conversión.

Cada uno de estos tres conceptos merece ser analizado separadamente, y por ello voy a dedicar un post a cada uno. Por lo pronto, y para tomar dimensión de la magnitud del problema, hay que saber que casi la mitad  de los países del mundo (47%) tienen leyes de este tipo, incluidos seis países americanos.







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